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CITACIÓN:    BDHespLO.02.01, consulta: 28-04-2024

 

 YACIMIENTO:  MUNICIPIO:
 PROVINCIA:      REF. HESPERIA:  REF. MLH:
 DEPÓSITO,N.INV.  OBJETO:   TIPO YAC.:

 

 
Generalidades Texto Epigrafía y
Paleografía
Ilustraciones CONTEXTO
ARQUEOLÓGICO
Bibliografía

 FECHA HALLAZGO:  CIRCUNS. HALLAZGO:
 DATACIÓN

¿Ss- - II / - I?

 CRITERIOS DE DATACIÓN :

 CONTEXTO HALLAZGO:
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Encontrado casualmente por D. José Ezquerro Ezquerro, en una finca de su propiedad, en el término de La Estacada (Pradejón, La Rioja), muy próximo a Calahorra, fuera de contexto arqueológico. El lugar concreto del hallazgo era el "caedero" o final de acequia de riego, junto a diversos cantos rodados por el agua. El lugar del hallazgo corresponde a la Terraza II del río Ebro, distante 3 kms. Las tierras del lugar son gravas y arenales que pertenecen al cuaternario reciente con superficies procedentes de arrastres. Actualmente son fincas de pequeño tamaño explotadas con cultivos hortícolas, viña, cereal u olivo. El lugar del hallazgo no tiene ningún resto arqueológico, aunque en la zona circundante próxima hay pequeños fragmentos cerámicos muy rodados y dispersos, a saber, sigilatas hispánicas, muy comunes y de difícil catalogación, y medievales indeterminadas. Además la zona del hallazgo fue fuertemente aterrazada hace unos cuarenta años para el aprovechamiento agrícola. Quizás la pieza no pertenezca a este lugar, sino que llegó mediante rodamiento por la acequia desde puntos más alejados. Es de señalar que a 50 m del lugar se encuentra la calzada de Italia in Hispanias y dos asentamientos rurales tipo villae: Piedra Hincada y Cantarrayuela, con una cronología que abarcaría desde el s. II al VI. Toda la zona circundante a Calahorra presenta indicios de centuriación en el s. I a. C.

 OBSERVACIONES:

Objeto cúbico, casi regular, con signos incisos en cada una de sus seis caras, que bien puede ser un dado de juego, o bien una tésera. Tiene las aristas redondeadas por el rodamiento sufrido, y esquinas saltadas. Su peso es de 133,5 gr. Si se trata de una tésera podría estar destinada a formar parte de un todo en el que tendría que casar, como ocurre con las téseras de forma geométrica. Así, existe la posibilidad de que las primeras téseras tuvieran esta forma, apoyada en la etimología del nombre del objeto, tessera, que proviene del griego "cuatro" y fue tomado en préstamo por el latín, de donde pudo derivar semánticamente a "cuadrado" o "cubo". Su funcionamiento vendría dado como una especie de código que el portador, con los movimientos pertinentes, que sólo él y la otra parte conocerían, daría a conocer. La posibilidad de que se trate de una tésera es mayor si se tiene en cuenta que ambos dados provienen de la zona celtibérica occidental, donde la práctica de la escritura es menor que en la zona oriental, y además, más tardía. Así, si la formalización del hospitiumse hubiese materializado en un objeto provisto de signos gráficos, la posibilidad de conservación de tal práctica en la zona occidental sería mayor.
Este dado se asemeja mucho al encontrado en Numancia, tanto en el material, ambos de arenisca, como en tamaño y peso, mucho mayores que los romanos (de hueso) lo que les hace apenas útiles para el juego. Ambos se diferencian en la tipología de los signos, siendo los de éste más simples y primitivos.

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